Pau murió el pasado 6 de Marzo de 2022.
Quizás algunos se pregunten por qué Pau Riba Romeva está en la web de Oxigeme …. y es que de algunas fuentes de las que Pau se nutrió también se ha nutrido Oxigeme, digamos que de indagar sobre los estados de consciencia, las teorías del caos, y compartir visiones y hallazgos sobre las puertas que se abren a los mundos de la verdadera libertad.
Con Pau he tenido unos encuentros variados e intermitentes desde los años setenta, tanto en vías musicales como en compartir criterios sobre esos estados de consciencia, coincidiendo en que son cruciales para “entender” lo que pasa dentro y lo que pasa fuera. Quizás por ello ha acudido a las presentaciones de algunos de mis libros, mostrando sensibilidad e interés por mi trabajo.
Cuando vuelve de Formentera, si bien recuerdo, a mediado de los años setenta, Pau nos mostró entusiasmado el disco recién grabado Electròccid àccid alquimístic xoc, de hecho lo escuchamos en una cinta de casete antes de que hubiera salido el vinilo. En esa época se había instalado abajo en las Ramblas, la fachada de su piso estaba pintada de rosa. Por entonces Séfer era su manager siempre activo y nervioso como su cabello rizado de ideas, yendo arriba y abajo con los trasiegos de los conciertos y tediosa prensa. Mercè también vivía en esta casa, por entonces, entre músicos, poetas, que circulaban por esta casa formando un todo con el pavimento de las Ramblas.
Una vez vinieron sus dos hijos Caín y Abel a unas clases de música que estaba dando en el colegio la Font d’en Fargues,y surcamos las calles cantando canciones de Licors. En otros momentos sucedía que al encontrarnos por la calle Pau me espetaba “tienes el coche” un viejo dos caballos, pues corre vamos al Clot a por un amplificador que me deja la Trinca. Con más frecuencia nos encontrábamos en Zeleste, y el bar Rodri entre bocatas, y como siempre, hablando sobre proyectos y lo que yo hacía en México y Amazonas con los indígenas. Algunas veces nos veíamos en Cadaqués, me lo encontraba recostado sobre unos parterres -como desafiando al mundo ordenado de las butacas de la terraza- compartiendo unas cervezas. Recuerdo que Pau sacaba su parte más humana, sin distancias, preguntando por mi hija y detalles. En otras, con cara de pillo me contaba algunas travesuras como el día en que montó un espectáculo para salir de una “reunión” del Santo Daime, antes de que empezara “la fiesta”.
Con ocasión de comentarme que tal día tocaba en tal sitio, a veces un pueblo del interior, con el viejo dos caballos iba para encontrarme a un Pau vestido medio de Lagarterana o Pubilla ante una docena de espectadores en pleno invierno y al aire libre. Pau si no provocaba no era Pau. Y lo sabía hacer con estilo. Un día me invitó a que conociera lo que estaba creando, tenía por entonces el local de ensayo por la Plaça de Sanllehy, alguien abrió la puerta y allí estaba Pau absorto tocando y mirándose al espejo; al cabo de un buen rato me dijo: hola almen, y seguidamente aprovechamos para ver que se cocía en el cine Diana ya que había una reunión del recién creado sindicato de músicos. Pau aquí se mostraba reivindicativo y era el único que se atrevía a pedir explicaciones en plena aún movida barcelonesa, rebosante por entonces de una creatividad que ya ha pasado a la historia. Me queda en la memoria el día -hace ya años- que actuamos en la plaza de Cataluña- y ambos celebramos su atención.
Pau me comunicaba, como en secreto, las ideas y proyectos de hacer cosas grandes, como con la idea de crear el “mayor espectáculo del mundo” …. consciencia-cosmos y a partir de ahí, ¿ para qué masssss?
Estados alegres como la Mercè está contenta, al dolor de qué triste y larga se hace la espera…. marcaron su camino y por supuesto sin olvidar el mítico Taxista llévame al cielo, ¡ toda una época ! que Jordi desde Nueva York me ha enviado.[1] Nos quedan esos textos de calidad paralela a otros de Serrat y de Sisa.
Pau no ha necesitado formar parte de ninguna élite ni de servilismos gregarios. He admirado su independencia personal y el no casarse con nadie en tiempos de ofertas y manipulaciones.
En realidad Pau era un visionario con tintes espirituales-cósmicos, de hecho me comentaba que él se sentía un místico por dentro. Eso de estar para sus adentros era una frase que me había comentado en estos últimos tiempos de trasiego hacia el final.
Precisamente en estos tiempos de médicos y hospitales y Tiana, Memi, su mujer, ha hecho de alma en tierra, ordenando sus actuaciones, corrigiendo sus libros y ofreciendo el bastón necesario a un personaje incansable por crear sin fin.
¿Por dónde andarás amigo?
Manuel Almendro