El Pez Gigante formado de toneladas de materia calcárea fósil, con ojos secos de muerte ya no puede ser mantenido ni mantenerlo sujeto a las tirantas bajo el techo de la inmensa maloca.
Si al principio no aparecía como peligroso e incluso casi inofensivo su inminente caída lo ha convertido en exterminador. Es imprescindible un esfuerzo descomunal, aunque huyas contra el viento, para que te rindas y esta será la señal para que sueltas ya las riendas el monstruo sólo roce por encima de tu casa.
Las trompetas finales ningunean a los microscopios y no necesitan ya de avisos dados en el origen. Alea jacta est.
m.a.