Eduardo ha muerto el día 9 de enero de este año 2024 tras una vida de servicio al mundo del psicoanálisis en la teoría y en la práctica.
Además ha sido un gran defensor de las medicinas tradicionales indígenas del Perú.
Con él hemos recorrido en numerosos encuentros de amistad cómo es el complejo mundo de la mente y sus profundos procesos de introspección y de realidades múltiples que se agolpan en la búsqueda incesante que promueve la investigación sin fronteras.
Participó en mi libro Krisis con el capítulo Los seres sensibles: la consciencia en el ser humano, junto a Stanislav Grof, Stanley Krippner Federico Mayor Zaragoza, José María Prieto entre otros.
Su muerte ha dejado un legado de admiración en América y Europa ya que ha sido reconocido como un gran psicoanalista y psiquiatra, habiendo sido presidente de las asociaciones de psiquiatras y psicoanalistas del Perú, estando también en la dirección de la Federación de Psicoanalítica Iberoamericana y en el comité de la Asociación Psicoanalítica internacional (IPA), Y ha sido también organizador y presiente de congresos y encuentros profesionales
internacionales.
Desde el otro lado Eduardo nos seguirá inspirando caminos.
Un gran abrazo para su esposa Guida y sus hijas Camila y Gabriela.
Manuel Almendro