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En septiembre de 2016 me empecé a tratar por una psicosis endógena disparada por la toma excesiva de ayahuasca. En su momento no pude seguir el tratamiento con diligencia pero plantó una semilla de esperanza en mí cuando ya estaba a punto de sucumbir, que me ha ayudado a seguir luchando, y ahora ando con una perspectiva mucho más positiva de la vida y camino por recorrer hacia delante. Muchas gracias por tu labor. Un saludo.

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