Quería dar las gracias al proceso Crisol y en particular a Manuel Almendro y Elena López.
Gracias a este trabajo de toma de conciencia del dolor y del perdón, he(mos) podido hacer, tanto para el bien de mi padre como para el mío propio, un cierre de nuestra historia personal desde la comprensión , el amor y el respeto al ser que cada uno somos.
Siento que partió libre y yo me siento libre.
Hago extensivo mi agradecimiento a todo el equipo que se entrega en cuerpo y alma a este trabajo , que sin duda os será recompensado.
Bendiciones y gracias.