La célebre e imprescindible editorial Kairos cumple cincuenta años de existencia. Brindamos por ello ¡Enhorabuena!.
Manuel Almendro, director de Oxígeme, ha tenido el honor de publicar algunos de sus proyectos en esta cómplice editorial.
Hace 50 años, el filósofo e ingeniero Salvador Pániker tuvo la brillante osadía de fundar una editorial de no-ficción. Un proyecto que, en su origen, iba a tener una sede en Oriente (Benarés) y otra en Occidente (Barcelona). Aunque, finalmente, el proyecto sólo cuajó en Europa, es significativo que desde sus mismos orígenes (casi que desde su ADN) Kairós haya perseguido trazar ese puente entre Oriente y Occidente… aunque también entre España y Latinoamérica, entre lo racional y lo místico, la ciencia y la espiritualidad, lo académico y lo popular…
Y así llegaron las propias Conversaciones de Pániker, los clásicos de la contracultura, incluido el inimitable Alan Watts, el genial Maslow y los sociólogos franceses (como Edgar Morin), y el Zen; el trabajo editorial siguió con el movimiento transpersonal plus Ken Wilber; y a finales de los 1980s se unieron las guías de viaje Lonely Planet; pasando por Jean Shinoda Bolen o el best-seller Inteligencia emocional de Daniel Goleman; y los textos de Trungpa, Krishnamurti, Osho o Iyengar; sin olvidar a Jon Kabat-Zinn o Christophe André en el movimiento mindfulness. Son ya más de 800 títulos en las distintas colecciones de Kairós.
En nuestro cincuenta aniversario, queremos agradecer a todas las amistades y cómplices que han participado en la creación del sello «Kairós»; en especial a nuestros colaboradores (traductores, correctores, diseñadores, maquetadores), imprentas o distribuidores, tanto en España como en Latinoamérica; lo mismo que a los miles de libreros y periodistas que nos han apoyado en este largo recorrido. Tras estas cinco décadas, pensamos, cómo no, en todos los lectores y lectoras que han crecido con nosotros y han disfrutado o aprendido de nuestras publicaciones (tanto como el propio equipo Kairós). Entre todos hemos hecho de esa “K” –que diseñó la gran Núria Pompeia– un símbolo de rigor, apertura, independencia y calidad.
Agustín Pániker